miércoles, 29 de noviembre de 2017

El tesoro del pirata Terracuca.


 Lugar: Región de Magallanes.


Paul el Olones, pirata temido por los Españoles
                   
Existe en el sur de Chile una isla llamada Saumarez, ubicada en los canales magallánicos, que fue refugio del pirata Terracuca, este pirata fue mandado por otro más conocido y sanguinario llamado Paul el Olonés terror en el Caribe.

Terracuca y su bergantín goleta “Cesares” huía desde el Océano Atlántico llevando a bordo cien millones de doblones de oro robados en un asalto a Bahía Blanca. La isla Saumarez le sirvió a Terracuca para reparar las graves averías sufridas en su embarcación en el cruce del estrecho de Magallanes. 

El gigantesco tesoro fue escondido en una de las numerosas grutas y cuevas de la isla, donde se supone que se encuentra hasta el día de hoy. Porque se sabe que el bergantín-goleta Cesares no pudo reanudar la navegación desde allí, como tampoco ninguno de sus dieciocho tripulantes logró escapar.

Muchos años después, fueron encontrados nueve esqueletos en una de las cuevas de la isla Saumarez, y también dicen que una vez se extrajo algo del tesoro que se encuentra allí.



Recopilación de: Alejandro Glade R.




Leyenda cuando las mujeres Onas mandaban.

Lugar:Tierra del Fuego.

Mujeres Onas.
          La caza y la pesca, era privilegio de las antiguas mujeres onas, y los hombres sólo se dedicaban a las tareas de la casa y a los oficios más desagradables y humillantes.

           Un día para liberarse de esta esclavitud los hombres mataron a todas las mujeres adultas que había por esos tiempos, pero a las niñas menores no las tocaron porque decían que no conocían esos secretos por ser tan jóvenes.

Grupo de mujeres Onas.
    A esta matanza escaparon cinco mujeres adultas, una se tiró al mar para sanar las quemaduras y escapar de la muerte, y subiendo después al cielo, donde se transformó en la Luna, y que hoy quiere vengarse chupando la sangre de los niños durante la face de crecimiento que es cuando se debe alimentar.

          La otra mujer se tiró a la laguna, convirtiéndose en un pato blanco. La tercera se convirtió en cisne, la cuarta en un pato, y la quinta en una perdiz. Ocurrido todos estos eventos empezaron a mandar los hombres, haciendo sólo los oficios más nobles, como cazar, pescar, fabricar armas, y útiles de uso diario. 

      Así como los hombres cambiaron los oficios las mujeres también, quedaron condenadas a los trabajos más molestos, como cuidar las casas, cuidar los enseres del hogar, construir las chozas, y llevarla donde el hombre dispusiera, estar a las órdenes del marido, obedecer en todo tipo de cosas, sin permitírsele hacer ninguna observación, todo esto se resumía en que la mujer debía ser la sierva y la esclava del clan.




Recopilación por: Alejandro Glade R.








jueves, 23 de noviembre de 2017

La leona de la montaña de Yevide.

Lugar: San Felipe.



Esta historia se genera a pocos días de la llegada de los conquistadores españoles a San Felipe, en la montaña o cerro de Yevide, desde muy antiguo vivían allí muchos leones de montaña. Cuenta la leyenda que en Yevide, vivió una hermosa leona con sus dos cachorros. Como parte de la crianza un día dejó a sus cachorros para ir buscar comida a lugares de caza más alejados, y los dejó durmiendo junto a una enorme roca. Cuando la leona madre regresó de cazar, sus dos cachorros ya no estaban: un pastor o unos arrieros, eso no está claro, que pasaban por el lugar encontraron a los cachorros y se los llevaron en su ausencia.

La desesperada madre buscó a sus hijos sin descanso, pero no los pudo encontrar, no pudo encontrar a los cachorros por ninguna parte. Vino la noche, y exhausta se acostó junto a la roca que era su morada, los gruñidos de lamento y de llanto se sintieron fuerte por toda la comarca e hicieron eco en la noche. A partir del día siguiente, nunca más nadie volvió a ver a ningún león  en la montaña de Yevide. En las noches de invierno y atraídos por las brisas, la gente de la zona todavía escucha el lamento triste de la leona. Hablan de que es su espíritu, el que sigue llamando a sus cachorros dejados junto a la roca.

En esos lugares existe “la piedra del león” que se encuentra ubicada en el cerro llamado Yevide, en San Felipe. Es un cerro donde habitaron indígenas, y sus descendientes dicen que por esos cerros abundaban los pumas. Desde aquellos tiempos este felino, que vive en zonas cordilleranas desde América del Norte hasta América del Sur, desde la Columbia Británica hasta la Patagonia, ha sido víctima del exterminio.


Recopilación por: Alejandro Glade R.