martes, 3 de noviembre de 2020

El Chonchón

Recopilación de: Alejandro Glade R.


Lugar: Provincia de Santiago


Mitología Mapuche.

Se presenta como figura de cabeza humana, de la que nacen unas enormes orejas que usa a modo de alas para volar. Delata su presencia su grito fatídico de tué, tué, tué. Cuando el chonch6n grazna, alguien se muere. Revolotea alrededor de la habitación de los enfermos, lucha con el espíritu de éstos, y si los vence chupa la sangre del paciente. .

Se considera a los chonchones como brujos que adquieren el secreto de volar.

Los indígenas le temen al chonchón y hacen invocaciones y quemando hojas de canelo cuando sienten su grito: tué, tué, tué, que es el que delata su presencia.

El Tué Tué para este pueblo es un ave fatídica y para unos es el chucho y para otros el chuncho o el huairavo.

En las noches oscuras grazna con cierta persistencia y pasa por las habitaciones de los campos como pájaro brujo. Es gente que sabe de brujerías, que después de ponerse ciertos untos en la garganta, sale a volar solamente la cabeza alada, dejando el cuerpo en la casa y si emprende el vuelo dice: Sin Dios ni Santa María.

Para ahuyentarlo se rezan las Doce Palabras Redobladas; la Magnifica o esta oración: San Cipriano va para arriba, San Cipriano va para abajo, sosteniendo una vela de buen morir. Con esta oración el chonchón cae al suelo.

Siempre para ahuyentarlo se procede a echar sal al  fuego de la cocina; extender un chaleco o decirle:  Pasa Chonchón, sigue tu camino o Vuelve mañana por sal. AI día siguiente se presentará alguien a pedir un poco de sal y no hay que negarla.

Para hacerlo caer se hace en el suelo la firma de Salomón, en forma de estrella, de cinco puntas y clavar en el centro un cuchillo con la punta dirigida hacia el chonchón. Cae y queda ensartado en el cuchillo, donde es cogido y quemado.



Recopilación por: Alejandro Glade R.








 

 






lunes, 19 de octubre de 2020

La creación del mundo


Lugar: Araucanía

En la tierra no había nada. Un espíritu poderoso vivía en el aire y aplastó a los de menos poder que se habían rebelado, convirtiéndolos en montañas y volcanes, y a los arrepentidos, en estrellas.

Para que se habitara la Tierra el Todopoderoso transformó en hombre a un espíritu que era hijo suyo el cual al caer quedó aturdido.

La madre del joven sintió pena por él y para mirarlo abrió en el cielo una ventanilla por donde asoma su cara blanca.

El Poderoso tomó una estrella y convirtiéndola en mujer le ordenó que fuera a acompañar a su hijo.

Ésta, para llegar hasta el joven tenía que caminar a pie. Para que no se lastimase, el Todopoderoso ordenó que a su paso crecieran las hierbas y las flores. 

Ella jugaba con éstas y las convertía en aves y mariposas. Y después que pasaba, por la hierba que su pie había tocado se convertía en una selva gigantesca.

El joven y la niña se juntaron y unidos, hallaron que el mundo era mas bello. En el día, el Todopoderoso les miraba por una ventanita redonda:  era el Sol. En la noche, era la madre del joven la que abría la ventanita para mirarlos y mostraba su cara blanca: era la Luna.



Recopilación por: Magriff.

martes, 6 de octubre de 2020

Doña Ana

Cordillera de Doña Ana

Lugar: Provincia de Coquimbo 

Hace muchísimos años, una *ñusta enamorada se escapó con un guerrero, y la pareja huyendo de las iras del inca, terminó por refugiarse en la cumbre de una montaña. El guerrero era experto cazador y conseguía fácilmente huanacos y vicuñas que les proporcionaban carne sabrosa y abrigadas pieles.

Decían que los fugitivos al partir del Perú o de donde fuere, habían cargado abundantes riquezas en catorce cogotes de guanaco convertidos en *árguenas. La pareja no podía vivir sujeta a las contingencias de la caza y pronto encontró la manera de proporcionarse los recursos que necesitaba. Desde las heladas cumbres los dos amantes atisbaban el paso de las caravanas que iban en busca de las milagrosas aguas del Toro. En cuanto alguna se divisaba, la ñusta corría ladera abajo, dejaba sobre el camino algo de oro o de plata y luego se escondía. Sin que mediaran palabras, los viajeros comprendían que se trataba de un trueque, recogían el valioso depósito y en su lugar abandonaban abundantes víveres frescos. A menudo al metal precioso se le añadía alguna piel fina, especialmente la de cogote de guanaco, muy apreciada por los lazos y riendas de calidad que se sacan de ella. 

Montaña de Doña Ana.

Largo tiempo duró ese extraño comercio. Las gentes aledañas llamaban a la mujer Doña Ana y ese nombre le quedó no solamente a la montaña, sino a todo el elevado cordón conocido ahora como cordillera de Doña Ana. Cuentan que la mujer, al principio, sólo salía de su escondite para recoger los víveres cuando ya la caravana había desaparecido entre los cerros. Con los años fue tomando mayor confianza, dejándose ver y hasta aproximar, pero sin cruzar palabra con nadie. 

El guerrero jamás fue divisado. 

Dicen que el indio murió primero. Ella siguió realizando sus trueques durante algún tempo hasta que un día desapareció. Los viajeros presumieron que había ido a reunirse con su amante en el seno de la Pacha Mama. 

** Ñusta: Era el nombre quechua para las Reinas o Princesas en el Imperio Inca. 
** Árguenas: Angarillas o andas para llevar materiales. 



 Recopilación por: Alejandro Glade R.

martes, 29 de septiembre de 2020

EL ESPIRITU DEL LICANCABUR

 

Volcán Licancabur (foto desde Alma) 

LICANCABUR =idioma kunza, lickan= 'pueblo', 'país'= ckabur

Lugar: Provincia de Antofagasta.

Hace mucho mucho tiempo atrás cuando los incas surcaban Chile desde el norte pasando por el centro hacia el sur, y para calmar los rugientes arrebatos y enojos de Dios en el volcán Licancabur… actualmente ya apagado… estos incas cargaron en sus espaldas piedras recortadas y talladas mas otros preciosos presentes para llevarlos al espíritu de Licancabur, y comenzaron a subir por sus llanuras de sus faldeos de 2400 metros hasta llegar a la escalada final, la cima misma del coloso a 6000 metros de altura.

Laguna interior cráter

Allí construyeron formidables pircas con las piedras traídas y depositaron sus ricas ofrendas, hicieron sus oraciones y peticiones y cuando terminaron, descendieron con sus almas limpias y ligeras de carga. Los descendientes de aquellos incas (kunza) confían en que esas peticiones que todavía perduran, pero también le temen y reverencian al espíritu del volcán Licancabur y a sus pircas existentes hasta el día de hoy en su cumbre.

 

Relato de Gustavo Glade R. 

(Guia turístico)

 

Recopilación por: Alejandro Glade R.




martes, 23 de junio de 2020

Dos leyendas del Lago Budi.

Recopilación de: Alejandro Glade R.

LAGO BUDI ( El único lago de agua salada de Sudamérica)
Lugar: Provincia de Cautín.

a) En el lago abundan las gualas, el pato huala ( Podicipediformes), que vive como cautivo y casi no anda ni vuela y emite un grito muy lastimero.

Es la transformación de una niña mapuche robada por el Shompalhue (Alma crespa), especie de dueño del lago.

Los indígenas creen que en el lago reina el Shompalhue, que de vez en cuando se roba una niña mapuche por mujer, indemnizando a los parientes de ella con una buena partida de pejerreyes, lisas y huaiquiles, peces que los acerca a la orilla como un arreo.

b) En el lago Budi, hace siglos, mil indios se lanzaron a sus aguas para no caer en manos de los conquistadores.

Las mujeres indias no descansaron de su tristeza.

Sus gritos de guerra como sus cantos resonaban en las claras noches, mientras entre los cañaverales y los helechos reposaban las aves.

LAGO BUDI

El lago se llenó de gualas,( ave palmípeda, con el pico verdoso, el plumaje rojo oscuro, y blanco por el pecho) que cargan sus polluelos en las espaldas y de bellos cisnes, de cuello negro de terciopelo y de alas blancas como la espuma.

El lago era un espejo de los cisnes de fino y gracioso cuello y talle sumergido.

Pero vino el huinca en busca de su belleza y ellos prefirieron emigrar.

Un día, el lago Budi quedó, solo, se fueron los cisnes y la tristeza se quedó a sus orillas.

Ahora están ahí, volvieron después de muchos años, y voznan y se reflejan sobre las aguas como canoas de pluma.

Los huincas no soportaban la tristeza del lago y ahora respetan el dolor de las indias y admiran la gracia de los cisnes.




Por: Magriff




El Padre de Camiña

Lugar: provincia de Tarapacá
Antigua foto de explotación de Nitrato.

Dos indios en la pampa de Tarapacá fueron sorprendidos por la noche. Los caminantes, muy pasados de frío, prendieron una fogata. Apenas el fuego prendió, éste fuego se puso a caminar.

-¡Ay Dios, el fuego anda, el fuego corre ... ! -gritó despavorido uno de ellos.

-¿Arranquemos, hermanito, huyamos! -propuso el otro. Y, veloces, enfilaron su miedo a la parroquia de Camiña. Golpearon sus puertas, agitados y desesperados.

El cura salió sobresaltado: porque que pudo imprimir tales gestos en feligreses tan mansos, que visión tan  infernal . . .?

El cura les hizo una pregunta. Y los  indios, a coro y con pavor, no articulaban palabras este solo decían este estribillo:

-¡Ah, taitita, por Dios . . . !

-¡Ah, taitita, por Dios . . . !

El cura fue calmándoles y supo que el diablo se les había metido en su fogata y corría a la siga de ellos.

El cura, sin perder minutos, invitó a los indios a carminar con él hasta el lugar demoníaco. 

Llegados,al lugar. los bendijo y sustrajo terrones de “esa tierra”, para analizarla con tranquilidad. En la paz de su parroquia, la examinó  y terminó por descubrir que era nitrato. Una sana inquietud le guió a su jardín.

Su diestra empuñaba la tierra de aquella, y pensaba con detenimiento:

-Que pasaría si la arrojara a mis plantitas.. . ?

Y, persignándose, la tiró satisfecho. No tardó la sorpresa: las plantas inmediatamente crecieron, vigorosamente.
Saco de Nitrato Chileno
Era como una primavera de que embellecía la parroquia.

Las comadres comenzaron a suponer y supusieron que aquello era milagroso!

-El jardín del señor cura está bendito -murmuraban. El murmullo irrito al buen cura de Camiña, medio sabio y medio santo.

-No, hermanas –adoctrinó-, nada de milagros . . . Entrad a mi cuarto y os enseñaré algo para calmar vuestras lenguas …

Abrió una caja y exhibió la tierra fortificante:

-Esto que veis no guarda magia alguna. Llamaremos a esta tierra bendita, si os agrada: “Tónico para el Reino Vegetal”. Os repartiré un puñadito y, luego, me contarán cómo se hermosean vuestras hortalizas y sembrados.

Camiña brilló gracias a las noticias. El “Tónico para el Reino Vegetal” permitió, desde 1879, que el nombre de Chile viajara en los sacos salitreros, como sinónimo de Patria de la Felicidad.





Por: Magriff.





miércoles, 27 de mayo de 2020

La leyenda de Los Pichún

Río Grande, Futaleufú

Lugar: Provincia de Aisen. 
Región de los Lagos

A la entrada de Futaleufú existe un cerro cortado a pique que cae sobre el Río Grande, el río y el cerro se separan en su paso por el plano dejando entre el cerro y el río grandes campos productivos de inmejorable calidad. Los campos eran fiscales y había muchos interesados en ocuparlos. 

Los hermanos Pichún ocupaban una gran parte de ellos, habiendo levantado un rancho en la parte mas estratégica que era aquella en que el río y el cerro se unían en su ángulo agudo. Los Pichún vivían en aquel lugar desde hacía ya veinte años, habían arribado desde Argentina con sus padres, que fallecieron en aquellos fértiles campos. Los Pichún se negaban a compartir con otros lo que detentaban desde tantos años y habían puesto en práctica un plan diabólico para eliminar a los competidores e interesados en llegar a colonizar el lugar. 

Consistía en recibir al postulante o interesado con amabilidad en la casa, mostrarle los campos exaltando sus buenas cualidades y, a la caída de la tarde, alojaban al visitante en la casa. Al día siguiente el cadáver del intruso flotaba río abajo por la corriente del Río Grande. 

La triste fama de los Pichún se extendió por la comarca, un día llegaron a Futaleufú dos hermanos en demanda de tierras. Eran oriundos de Trelew de apellido Ceballos. 

Los Ceballos pequeños agricultores, hombres modestos, pero de grandes alientos, venían atraídos por la fama de estos campos, que pensaban colonizar si la suerte les hubiera sido favorable, pero… fueron a parar donde los Pichún y al día siguiente sus cuerpos flotaron en el río. Los demás hermanos los esperaron largos meses para que los viajeros regresaran, y como no volvían, prepararon sus pilchas y se dirigieron hacia Futaleufú. 

Allí consultaron por información sobre el destino de sus hermanos perdidos y fueron informados que se vieron llegar a la casa de los Pichún. Sin averiguar más pidieron alojamiento para pasar la noche y volver a Trelew. Al día siguiente flotaron dos cadaveres en el río, esta vez eran los hermanos Pichún. 

Los Ceballos se habían vengado… 




Escrito por: Alejandro Glade R.





viernes, 28 de febrero de 2020

La leyenda del Calafate.

Lugar:  Punta Arenas.



Muchísimos años antes de que los blancos llegaran a romper la paz y el encanto de esta maravillosa tierra de pampas, montañas, glaciares, fiordos, canales y bosques milenarios, habitaban aquí dos grupos de personas vigorosas y apuestas: los tehuelches y los onas.

El jefe tehuelche tenía una hermosa hija, Calafate, orgullo y dicha de su padre. Poseía ojos grandes y hermosos, de un extraño color dorado, y era toda bella como el amanecer. Un día acertó a llegar al lugar o aiken de Calafate un joven ona que había cumplido la edad del kloketen o había pasado ya la iniciación, ceremonia de consagración de los onas en su mayoría de edad. Era alto y apuesto, e iba vestido con un bello quillango o manta de pieles cosidas con tripas, y de piel de guanaco. El joven ona y Calafate se enamoraron, aun sabiendo que sus tribus no aceptarían esta unión.

Pero como su amor era más fuerte que todo, decidieron huir y vivir solos y felices en el wigwan, choza hecha de piel de guanaco que harían en Onaisin, actualmente 102 kilómetros de Porvenir. Pero alguien descubrió los planes de los enamorados y los denunció al viejo jefe tehuelche. Este supuso que el Gualirhe, deidad maligna de los tehuelches, había embrujado a Calafate instándola a huir con un ancestral enemigo de su tribu.


Encolerizado, el jefe llamó a la chaman de su tribu y le ordenó frustrar la huida de la pareja, hechizando a Calafate. Habría de convertirla en algo extraño, hermoso e inalcanzable, pero permitiendo al mismo tiempo que sus bellos ojos siguieran contemplando el aiken que la vió nacer.

La chaman caviló y caviló. Miró en torno suyo como buscando inspiración a nombre de Calafate. Fue así como la chaman embrujó a la bella joven y !a convirtió en arbusto. Y cada primavera el Calafate se cubre de flores de oro, que son los ojos de la niña tehuelche, que contempla la tierra bella y salvaje donde conoció a su amado. El joven ona jamás pudo encontrar a Calafate, pese a buscarla por todos los rincones de la región. Al sentirse para siempre aislado de su amada, murió de pena. 

Entretanto la chaman, pesarosa del mal que había hecho a los amantes, hizo que las flores del calafate, al caer, se convirtieran en un duke fruto protector de semillas: es el corazón de la bella tehuelche. Todos los que comen de este fruto caen bajo el embrujo de Calafate, como ocurrió con su amante ona, y aunque vivan en otros lugares el hechizo continúa, y son atraídos por un extraño magnetismo al aiken que hoy se llama Punta Arenas.




Recopilación de: Alejandro Glade R.




lunes, 10 de febrero de 2020

Las mulas de oro



Lugar: Colchagua.

Venia bajando por el Paso de las Damas que está situado en el límite con la Argentina, junto con la tarde, un arriero y su tropilla. Las primeras nieblas del otoño indicaban el fin de la época de laboreo en el mineral de Las Choicas. El hombre satisfecho contaba y recontaba, mentalmente, el dinero ganado que le permitiría pasar un buen invierno en su casita de Puente Negro, con su mujer y sus hijos.

Delante del arriero, las mulas como si comprendieran que después de esa jornada, las esperaba la holganza en el verde potrero, trotaban por la estrecha huella.

De pronto, cuando la caravana llegaba a la mitad de la cuesta, de la entraña de la sierra afloró una voz disolviendo el petrificado silencio cordillerano:-Detente, hombre, que con tus mulas te vas llevando para otros el tesoro de mis entrañas. Sea bueno y honrado. Quiero darte la felicidad, la riqueza y el poder. Tus tres primeros deseos serán de inmediato satisfechos. Pide lo que desees... Pero, piensa bien antes de hacerlo… y la voz que era la del genio de la montaña se apagó.

El arriero, sin titubear, dijo: Quiero que mis mulas Sean de oro!

Un resplandor de día iluminó la soledad. Detenida de súbito la caravana, quedó como petrificada. De su brillante cabalgadura, loco de alegría, se desmontó el hombre; uno a uno fue palpando a sus animales. De purísimo metal, la tropilla parecía incendiar la sierra.

Como en una cinta cinematográfica, tumultuosamente, pasaron por la imaginación del montañés todos los halagos que da la riqueza.

Estaba el hombre embelesado contemplando sus riquezas, cuando del cercano volcán Tinguiririca llegó el rumor del trueno, presagiando la tempestad. Se encapotó el cielo y el puelche aullaba por el cajón del río. Gruesos goterones de lluvia empaparon, sin refrescar, el afiebrado rostro del arriero.

Junto con el agua vino la nieve. El hombre inmovilizado a media cuesta del Paso de Las Damas, se iba hundiendo en la angustia. Su metálica tropilla iluminaba la noche y atraía el rayo.

Con la misma rapidez con que a su alma se asomara el entusiasmo a1 verse dueño de riquezas no soñadas, llegó a su corazón, con paso de lobo, el desaliento…

Inconscientemente pensó: i Prefiero ver las bestias muertas, que de oro!
Volvió la noche negra. Como heridas por una mano invisible se derrumbaban las mulitas sobre la huella…

 Desesperado, el hombre lanzó una imprecación para que callara el viento:

- Ojalá pudiéramos seguir, tal como veníamos antes que me hablara ese hijo de la tentación.

 Cual si nada hubiera ocurrido, por las resbaladizas laderas del cerro siguió descendiendo la tropilla, hasta perderse entre los arbustos de la cañada.




Recopilación de: Alejandro Glade R.






jueves, 6 de febrero de 2020

El embrujo del río Tutuven.



Lugar: Provincia del Maule.

Hace muchos años, un grupo de indios que al parecer venían de muy al norte, del país que era llamado de los Incas, llegó a orillas del río Maule y allí sostuvo una enconada lucha con el indómito aborigen.

Los mapuches fueron de esta manera despojados del terruño que les pertenecía.
Después de sucesivos encuentros, los invasores siguen buscando senderos, hasta penetrar un poco más al sur.

El extranjero, fatigado y sediento por la refriega y la caminata se abalanza a beber agua del río hasta saciarse. Así, uno a uno fueron quedándose dormidos acaso hechizados por el efecto mágico de aquellas rumorosas aguas. Al amanecer del día siguiente, mientras el sol despuntaba en el oriente, son despertados por el embrujo de hermosos cantos y danzas de exóticos ritmos. Lo que sus ojos ven los deja extasiados: danzarinas bajadas por el rayo del sol, su pelo, que llega hasta la cintura, es dócil y sedoso, sus ojos semejan rubíes, y sus labios carnosos, el rojo purpura del copihue.

Fue así como estos valerosos hombres, que habían conquistado la parte norte y central del país, caen bajo los encantos naturales de la mujer maulina. Y estos orgullosos y aguerridos incas, que sólo se emocionaban al fragor de la lucha, fueron cautivados por las indias cauques, hasta tal punto que se quedan definitivamente a su lado, olvidando su interés de conquista.

Desde entonces, todo hombre que llega a estas tierras y pasa frente al extraordinario río Tutuven siente el imán irresistible de sus aguas, y al beberla cae preso del mismo embrujo de que fue objeto el hombre de muy al norte, vale decir, se enamora de una mujer de la región y pasa a ser un hijo más de esta embrujada tierra maulina.




Recopilación de: Alejandro Glade R.





jueves, 16 de enero de 2020

El rey Tanga-Roa y el gigante Teteko.

Lugar: Rapa Nui - Easter Island.



Tanga-Roa se llamaba el personaje y vivía en una isla lejana soñando con el estado de atraso de los isleños en Rapa Nui.  Resolvió atravesar a nado a llegar a la isla.

Arahi-Ariki, Tanga-Roa, Rey soy, y Tanga-Roa me llamo, les dijo al poner el pie en tierra. Pero los isleños Rapa Nui, indignados ante su desordenada y atrevida ambición, le contestaron al unísono:

A pakia, reo ke (mentira, eres una foca). 

Y sin mayor ceremonia ni proceso lo tomaron por sorpresa lo degollaron y lo comenzaron a asar, igual que a un lobo de mar, en un hoyo con piedras calientes, a la usanza de la isla. Grande fue la sorpresa de los Rapa Nui al ver, al día siguiente, que después de tantas horas de cocción, el cuerpo de Tanga-Roa seguía crudo.

Comenzaron entonces a temer que éste hubiera dicho la verdad y fuese realmente un rey. Para librarse del cuerpo del delito les enviaron los restos de Tanga-Roa a los habitantes de otra pequeña isla, y éstos también intentaron cocerlo con el mismo infructuoso resultado. Era que el cuerpo de Tanga-Roa era inasable?, pero desgraciadamente no era incorruptible y como empezaba, a descomponerse, tuvieron que arrojarlo a mar. 

A poco de estos acontecimientos, llegó un gigante, Teteko, hermano de Tanga- Roa, tan enorme que sólo se le veían las piernas. El cuerpo y la cabeza se perdían en las nubes. Dio tres pasos, y estos bastaron para recorrer toda la isla, preguntando por su hermano, y como nadie le contestara siguió su camino.



Recopilación de: Alejandro Glade R.