jueves, 6 de febrero de 2020

El embrujo del río Tutuven.



Lugar: Provincia del Maule.

Hace muchos años, un grupo de indios que al parecer venían de muy al norte, del país que era llamado de los Incas, llegó a orillas del río Maule y allí sostuvo una enconada lucha con el indómito aborigen.

Los mapuches fueron de esta manera despojados del terruño que les pertenecía.
Después de sucesivos encuentros, los invasores siguen buscando senderos, hasta penetrar un poco más al sur.

El extranjero, fatigado y sediento por la refriega y la caminata se abalanza a beber agua del río hasta saciarse. Así, uno a uno fueron quedándose dormidos acaso hechizados por el efecto mágico de aquellas rumorosas aguas. Al amanecer del día siguiente, mientras el sol despuntaba en el oriente, son despertados por el embrujo de hermosos cantos y danzas de exóticos ritmos. Lo que sus ojos ven los deja extasiados: danzarinas bajadas por el rayo del sol, su pelo, que llega hasta la cintura, es dócil y sedoso, sus ojos semejan rubíes, y sus labios carnosos, el rojo purpura del copihue.

Fue así como estos valerosos hombres, que habían conquistado la parte norte y central del país, caen bajo los encantos naturales de la mujer maulina. Y estos orgullosos y aguerridos incas, que sólo se emocionaban al fragor de la lucha, fueron cautivados por las indias cauques, hasta tal punto que se quedan definitivamente a su lado, olvidando su interés de conquista.

Desde entonces, todo hombre que llega a estas tierras y pasa frente al extraordinario río Tutuven siente el imán irresistible de sus aguas, y al beberla cae preso del mismo embrujo de que fue objeto el hombre de muy al norte, vale decir, se enamora de una mujer de la región y pasa a ser un hijo más de esta embrujada tierra maulina.




Recopilación de: Alejandro Glade R.





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