Lugar: San Felipe.
Esta historia se genera a pocos
días de la llegada de los conquistadores españoles a San Felipe, en la
montaña o cerro de Yevide, desde muy antiguo vivían allí muchos leones de
montaña. Cuenta la leyenda que en Yevide, vivió una hermosa leona con sus dos
cachorros. Como parte de la crianza un día dejó a sus cachorros para ir buscar
comida a lugares de caza más alejados, y los dejó durmiendo junto a una enorme
roca. Cuando la leona madre regresó de cazar, sus dos cachorros ya no estaban:
un pastor o unos arrieros, eso no está claro, que pasaban por el lugar encontraron
a los cachorros y se los llevaron en su ausencia.
La desesperada madre buscó a sus
hijos sin descanso, pero no los pudo encontrar, no pudo encontrar a los
cachorros por ninguna parte. Vino la noche, y exhausta se acostó junto a la
roca que era su morada, los gruñidos de lamento y de llanto se sintieron fuerte
por toda la comarca e hicieron eco en la noche. A partir del día siguiente, nunca
más nadie volvió a ver a ningún león en
la montaña de Yevide. En las noches de invierno y atraídos por las brisas, la
gente de la zona todavía escucha el lamento triste de la leona. Hablan de que
es su espíritu, el que sigue llamando a sus cachorros dejados junto a la roca.
En esos lugares existe “la piedra
del león” que se encuentra ubicada en el cerro llamado Yevide, en San Felipe. Es
un cerro donde habitaron indígenas, y sus descendientes dicen que por esos
cerros abundaban los pumas. Desde aquellos tiempos este felino, que vive en
zonas cordilleranas desde América del Norte hasta América del Sur, desde la
Columbia Británica hasta la Patagonia, ha sido víctima del exterminio.
Recopilación por: Alejandro Glade
R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario