domingo, 3 de diciembre de 2017

La goleta negra.



Lugar: Región de Magallanes.

                En el canal Beagle hace muchos años había una goleta negra abandonada la cual daba miedo a los habitantes de todas esas regiones del sur. Se decía que en cuarenta años, cuatro veces sus verticales palos atrajeron desgracias para la zona. Y las historias son las siguientes:

Se dice que una vez la encontraron tripulada por muertos y los que la vieron narraban que cada hombre estaba en su puesto y todo se encontraba en perfecto orden. El que asesinó a la tripulación lo hiso por traición y rápidamente como por una mano maestra la tripulación fue apuñalada. Cuando los cadáveres fueron descubiertos nadie pudo descubrir el porqué de los asesinatos.

En el segundo viaje, el patrón embarcó a su mujer,  y la tripulación después de matar al capitán, encalló la goleta en una playa desierta.

Nadie sabe cuál  fue la suerte de la pareja, pero todos pueden imaginarla… Pasaron los años y nuevamente la goleta se echó al mar. Y fue ahí cuando se produjo un motín en medio de una tempestad. El capitán tuvo que contener a los amotinados montando guardia, arma en mano, durante cuatro días con sus cuatro noches. Cuando logró llegar a un puerto, una crisis nerviosa le produjo un acceso de locura y las autoridades lo encerraron.

El último viaje de la goleta lo hizo un inglés llamado Harry Colyn Harts. Se embarcó con su esposa y su hija de ocho años y, a los pocos días de navegación, desapareció la niña.

La goleta quedó encallada en el canal Beagle sin que marino alguno se atreviera a reflotarla para ir al sur.

Los viejos lobos de mar la rondaron rabiosos y sus maldiciones iban tejiendo una neblina de hilachas de vapor. Pero los niños se atrevían a saltar el puente y jugaban a los piratas, imaginando que la goleta avanzaba con su proa adornada de espuma, al enfrentar el viento, rumbo al mar.

Una noche, mientras chillonas aves marinas sobrevolaban la sucia cubierta de la goleta, un grupo de muchachos piratas tomó posesión de la nave.

Al pasar del tiempo, se desencadenó una gran tempestad de viento; la goleta se inclinó, herida en un costado, rodaron los palos con un estrépito de tragedia y los niños fueron arrastrados al torbellino de las aguas.





Recopilación por: Alejandro Glade R.






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