lunes, 11 de septiembre de 2023

Las casas fogones… En historias de Chiloé.

  Por: Alejandro Glade R.

En mis recuerdos de mi juventud, en una de mis visitas, no recuerdo bien el lugar ya que fueron muchos los lugares que recorrí en la ambulancia del hospital de Ancud junto al Tata Pablo Giacaman, director del hospital de Ancud por esos años, y el chofer José Lorca  hijo de Roberto Lorca y doña Carmela L.

Llegamos a una casa al interior de la isla creo que fue en Huillinco, cerca de un lago, tarde noche con bastante frío según recuerdo, era una casa bien de campo y de aspecto humilde, al lado otra casa más pequeña donde había una gran fogata, que le llamaban "el fogón" que según me contaban estaba encendido todos los días.

 Debo de haber tenido 15 años o menos y todo lo que veía era nuevo para mí. José me dice quédate acá en el fogón mientras yo acompaño al doctor a ver a la paciente, una muchacha joven que parece que tenía problemas con su embarazo.

Había cueros de oveja para sentarse y parece que también los ocupaba alguien que dormía en ese lugar. Era bastante agradable estar allí, cualquier palo, del  tamaño que le pusieran a ese fuego ardía, fueran raíces o lo que fuera. También colgaba de un gancho u gran caldero que se usaba para teñir la lana y otro más pequeño que se usaba para cocinar.

Fogón que se usaba normalmente para entrar en calor, calentar agua, teñir lana, hacer la comida como también para ahumar o para lo que se necesitara.

Según un muchacho que estaba en el trabajo del ahumado de papas, en este lugar, me sirvió para salvar mi curiosidad con todo lo que veía en ese lugar… me contó sobre el armazón de varas de madera amarradas con voqui, lugar donde se ponían las papas para el ahumado. Otra cosa era el Hurón, un entablado con varas para desparramar papas por variedad y ponerlas sobre el calor del fuego, lo otro eran tiran de hierba con mariscos como choros, navajuelas y piures para secado y ahumado.

La casa fogón era como cualquier casa de la isla, con la diferencia que por dentro no lleva forro ni pisos completos, la mayoría del piso en la parte central era de tierra, rodeada de entablados y maderas.

Esta construcción estaba hecha con las maderas de la zona sin elaborar en su mayoría y las medidas creo yo eran según las necesidades de la familia.

El techo era de junquillo con paja muy tupida amarrada con voqui, y debajo  en otras varas un entablado o tablas tiradas, todo amarrado con este voqui,  una especie de enredadera o trepadora que es maleza y que se enrolla naturalmente en los árboles, era ocupado perfectamente y ordenadamente a manera de amarra. Actualmente estos fogones siguen existiendo en algunos lugares alejados y fabricados ya con nuevo elementos como planchas de zinc y fierro.

 

Escrito por: Alejandro Glade R.

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