Plaza y Catedral de Ancud
Lugar: Ciudad de Ancud.En los primeros años del siglo XX Ancud fue un
activo centro comercial que abastecía a una parte significativa del Archipiélago.
Los barcos necesariamente pasaban por esa ruta, así que el abastecimiento del
comercio era tanto desde Europa como desde Chile.
La leyenda de la campana
sumergida, es un testimonio de esos días:
El obispo Francisco de Paula
Solar había encargado a Alemania una campana que resonara con la prestancia de
la nueva catedral de cemento. El velero “Schiller” traía este nuevo orgullo de bronce
para Ancud.
Pero el día que se esperaba el
buque se desencadeno un furioso temporal. A media tarde se logró avistar a una embarcación
que trataba de entrar a la bahía, despedazándose en la tempestad. La gente
sospecho que se trataba del velero esperado y en compañía del obispo oraban por
su suerte. De pronto, entre el ruido ensordecedor de la tempestad, del viento y
del agua, todos escucharon con nitidez el tañer de una campana. No había duda,
era la nave esperada. Pero un instante después una masa de agua hacia zozobrar
definitivamente al barco mientras la noche caía con dolor sobre Ancud.
AI día siguiente, al amanecer, la
población fue despertada por el melodioso tañido de una campana que repicaba
desde sus sueños. Fueron a la costanera, esperanzados en encontrar la fuente de
esas melodías, pero nada, no se la hallo, ni entonces ni nunca más.
Antonio Bórquez Solar, a
principio de siglo, escribe:
Desde entonces, en las noches de
temporal, cuando el mar irritado levanta sus olas como montañas, cuando ruge el
viento y estremece la isla hasta sus cimientos, llueve torrencialmente, se oye,
claro y distinto, en medio de los truenos del mar, el largo tañido de la campana
sumergida, y los toques rotundos, largos, dobles de agonía, ponen un temblor en
el ánimo más robusto y valeroso.
Recopilación por: Alejandro Glade
R.
Esta conmovedora historia , yo la conocí cuando cursaba el quinto año de educación primaria , ya que venía entre las lecturas del libro de castellano.
ResponderEliminarNunca la olvidé , porque me conmovió profundamente.
Gracias por su comentario!
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