Lugar: Chiloé.
Recopilación de: Alejandro Glade R.
Guanilén, la hija de las estrellas, era una joven que por milagro de la naturaleza nació dotada de una hermosura extraordinaria. No hay otra explicación, ya que sus padres eran toscos y mal parecidos. La llamaban Guanilén debido a la gran admiración que demostraba por las estrellas. Cuando se sentaba a contemplar el cielo estrellado, el tiempo no transcurría para ella.
Cierto día
que se encontraba en el bosque, cuando las estrellas estaban de fiesta, inesperadamente
volvió a la realidad; alguien respiraba a su lado, era un hombre diminuto,
quien la miraba embelesado. La joven, al verlo se quedó perpleja, muda de
impresión. Seguramente el hombrecito poseía un gran poder mental, ya que la
dominó de tal manera que pudo conducirla hasta la caverna en que vivía, sin que
ella opusiera la menor resistencia. Posteriormente, ejerció tanto poder sobre
ella que la hizo olvidar a sus padres y se quedó a vivir con él. A su debido
tiempo, Guanilén tuvo un hijo y desde ese momento buscó la manera de volver a
su terruño. En cierta ocasión, aprovechando que el enano estaba ausente, tomó a
su hijo y escapó. Cuando el enano se dio cuenta de la fuga, corría la playa y
al ver que la hermosa Guanilén huía con su hijo en un bote, se lanzó al mar,
ahogándose. Desde entonces, el mar, cuyas aguas habían sido siempre tranquilas,
se enfureció. Y así continúa aún, revoltoso y traicionero.
Por: A. G. R.
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