En los terrenos donde está el
edificio del diario “El Mercurio”, en Valparaíso, el año 1899, existía una
cueva excavada en la roca. Se aseguraba que la cueva era obra de mineros,
durante el tiempo de la colonia, también se decía que era obra de la naturaleza
por la erosión del mar, pero también se decía que era obra del demonio, por
todos los acontecimientos ocurridos en sus cercanías.
La cueva quedaba frente a
peligrosas rompientes donde el mar azotaba con una fuerza descomunal. Se decía
que en aquella cueva vivía el diablo y se transformaba en un chivo que
perseguía a las sirenas que se sentaba en las rocas a peinarse.
La Cueva del Chivo o del Chivato,
se le empezó a llamar así desde el siglo XVII, además que la gente lo asociaba
con reuniones de brujos que ocurrían en el lugar, se decía que existían poderes
sobrenaturales en ese lugar.
Con los años y sin que pasara mucho tiempo el
lugar con sus historias tomó dimensiones inmensas y eran muy pocas las personas
que se atrevían a pasar de día cerca de la cueva, pero de noche era tal el
miedo que no pasaba nadie.
La gente de Valparaíso aseguraba
que, de noche, se aparecía el diablo transformado en un enorme chivo con una
terrible mirada, este hipnotizaba y dejaba petrificadas a sus víctimas
impidiéndoles cualquier intento de fuga.
Los que lograba escapar,
escapaban para caer en las rompientes de ese mar embravecido y abandonando
todas sus pertenencias.
El camino que pasaba por la Cueva
del Chivato posteriormente se le llamó la Calle del Cabo, que terminaba en la
actual Plaza Anibal Pinto.
Durante el siglo XVII y XVIII
unas pocas casas había en el lugar y era el paso de jinetes, carretas y
carruajes que circulaban sólo de día,
porque por las noches ocurrían infortunados encuentros con el diablo. Era
tanto el miedo creado por esta leyenda que en el año 1814 se puso un farol para
que el lugar estuviera alumbrado y no ocurrieran desgracias.
A fines del siglo XVIII un
comerciante vasco adquiere todos los terrenos y casas de ese sector
incluida la
Cueva del Chivato, casi de inmediato dinamitó el lugar donde estaba la Cueva
para construir edificios que le sirvieran de bodegas.
Este vasco hiso fortunas para luego entrar en
desgracias que lo fueron consumiendo, logró ser dueño de un buque con el que
seguía manteniendo un régimen colonial, innumerables problemas políticos,
monopólicos y hasta de guerra comenzaron a preocuparlo. En 1821 sus pertenencias
cayeron en poder de los patriotas y el buque fue destruido por un gran temporal
en los roqueríos que quedaron bajo la famosa Cueva el año 1839.
Más tarde el Cerro Concepción fue
comprado en 1833 por Josué Waddington, incluidos los terrenos de la Cueva del Chivato
y otros en la Calle del Cabo, hoy Calle Esmeralda, el comerciante inglés ordenó nuevas
demoliciones e hiso desaparecer definitivamente la legendaria Cueva.
Se dice que los maleficios
alcanzaron también las riquezas de Waddington.
Se dice también que en 1830, un
grupo de marineros ingleses ingresaron a la Cueva del Chivato, para expulsar de
ella aun grupo de vagos y delincuentes que pernoctaban y tenía su centro de
operaciones, ellos eran, los autores de todos los delitos atribuidos al
“maléfico” Chivo.
El 19 de Julio de 1978, el
intendente y alcalde de la ciudad, procedieron a descubrir una placa
recordatoria en el lugar donde alguna vez existió la famosa Cueva del Chivato.
Recopilación de: Alejandro Glade R.
tu puta madre copyright
ResponderEliminarQue interesante, me hubiese encantado ir!! 🤩
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