Monumento al navegante Hernando de Magallanes (Punta Arenas, Chile) |
La leyenda cuenta que una noche estaba un marino español reflexionando frente al monumento al navegante Hernando de Magallanes (en Punta Arenas), cuando de pronto se quedó mirando fijamente al indio patagón que complementa dicha estatua.
Luego, se le ocurrió tatuarse en su pecho la figura del indígena y buscó un artista especialista que le hiciera este trabajo.
El tatuaje quedó tan bien, que parecía cobrar vida a cada movimiento del marino, los ojos parecían mirar y le temblaban las mejillas. Lo que más llamaba la atención era el dedo gordo del pie, que se movía como si tuviera vida propia al moverse la piel.
El español, mirando su tatuaje frente al espejo, consultó mentalmente sobre si sus empresas tendrían éxito o no. De pronto, vio cómo el dedo gordo del indio se sacudió afirmativamente. Feliz con la respuesta, se dirigió al puerto y se embarcó.
Indio Patagón, monumento a Hernando de Magallanes. Punta Arenas, Chile |
Meses después, el marino regresó a Punta Arenas, radiante de alegría y contaba a todo el mundo lo bien que le había ido.
Así fue como nació la costumbre
de que quienes pasan frente a la estatua tocan el dedo del pie del indio,
pidiendo protección y ayuda. Y que los viajeros deben besarlo y pedirle un
pronto regreso a la zona.
Escrito por: Alejandro Glade R.
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